Elección de colores en dibujo infantil
Cuando los niños dibujan como forma de expresión personal, los colores que eligen revelan mucho más sobre sus paisajes emocionales que sus preferencias estéticas. La psicología lleva mucho tiempo estudiando la relación entre los colores y las emociones, y se ha demostrado que los niños, en particular, utilizan el color para transmitir emociones que aún no son capaces de articular verbalmente. Por ejemplo, una investigación publicada en el Journal of Child Psychology muestra que los niños asocian con frecuencia los colores alegres y excitados -como el amarillo y el rojo- con las emociones positivas, mientras que las emociones negativas -como la tristeza o el miedo- pueden representarse con colores más oscuros, como el gris y el negro.
No es sólo anecdótica la relación entre color y emoción en los dibujos de los niños. Numerosas teorías y estudios psicológicos lo avalan. Según una idea, la psicología del color, la elección del tono por parte de los niños podría representar sus estados emocionales en el momento de la creación. Por ejemplo, un joven que atraviesa un momento muy feliz puede sentirse atraído por colores vivos como el azul brillante y el verde, que son representativos del desarrollo y la serenidad, respectivamente. En cambio, a un joven deprimido o ansioso pueden gustarle los tonos más oscuros y utilizar el arte como forma de expresar esos sentimientos más matizados y difíciles de expresar.
Además, el bienestar mental a largo plazo de un niño puede inferirse de su elección coherente de colores. En una investigación longitudinal publicada en la revista Review of General Psychology se estudiaron las obras de arte de los niños durante varios años. El estudio descubrió que los cambios en las preferencias cromáticas de los niños pueden estar relacionados en ocasiones con acontecimientos vitales o transiciones emocionales. Por ejemplo, el deseo de un niño de dar sentido a lo sucedido puede estar indicado por la introducción de tonos más oscuros tras una gran transición vital.
La ciencia detrás de los tonos
La compleja interacción entre los colores que eligen los niños y los mecanismos cerebrales subyacentes es una intrigante investigación sobre cómo afecta el cerebro a las emociones y la creatividad. Los mensajeros químicos del cerebro, llamados neurotransmisores, son esenciales para que los niños vean y seleccionen los colores, lo que a su vez influye en su estado de ánimo y en la representación artística de las emociones. Las investigaciones neurocientíficas sobre el desarrollo indican que la preferencia de un niño por determinados colores que provocan felicidad o excitación puede estar influida por la dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa. Del mismo modo, la predilección de un niño por los colores que evocan sentimientos de calma o bienestar puede estar influida por las fluctuaciones de los niveles de serotonina, otro neurotransmisor relacionado con la regulación del estado de ánimo.
También te recomendamos leer el artículo sobre El lenguaje oculto de los crayones
La elección del tono no es un mero acto de azar, sino una expresión del funcionamiento interno influido por la química del cerebro. Por ejemplo, el gusto de los niños más pequeños por los colores brillantes y saturados puede estar relacionado con la mayor activación de los receptores de dopamina en sus cerebros en crecimiento. Esta actividad neuroquímica imita la curiosidad natural del niño y los sistemas cerebrales de recompensa asociados al aprendizaje y la exploración, induciendo una preferencia por los estímulos visuales más brillantes.
Las preferencias cromáticas de los niños en sus dibujos varían a medida que crecen, lo que refleja cambios en la neuroquímica de su cerebro, así como cambios en su desarrollo emocional. Los niños mayores y los adolescentes pueden utilizar una paleta más sofisticada con matices y tonos que representan un conocimiento más rico y matizado de las emociones, lo cual es un indicio de esta progresión. El córtex prefrontal, la parte del cerebro que interviene en el control emocional y la toma de decisiones, se desarrolla con los niños, lo que añade una dimensión más compleja a la forma en que expresan sus experiencias y emociones a través del color.
Las pinturas de los niños varían de tonalidad a medida que crecen, lo que refleja los cambios en la neuroquímica de su cerebro, así como su crecimiento emocional. La progresión de las emociones puede observarse en los niños más mayores y en los adolescentes, que empiezan a utilizar un esquema de colores más intrincado, con matices y tonos que representan una comprensión más profunda y sofisticada de los sentimientos. El uso que hacen los niños del color para expresar sus emociones y experiencias adquiere un nivel más complejo a medida que se desarrolla el córtex prefrontal, la parte del cerebro implicada en la toma de decisiones y el control emocional.
Comprender el mundo emocional del niño a través del color
En el ámbito de los dibujos infantiles, cada trazo y elección de color es un párrafo de la historia de su paisaje emocional. Este lenguaje silencioso de tonalidades ofrece una visión vívida de las experiencias internas que quizá aún no se hayan plasmado en palabras. Para los padres que buscan comprender a sus hijos y conectar con ellos a un nivel más profundo, reconocer el significado de estas elecciones de color se convierte en una clave para desvelar emociones ocultas y fomentar la inteligencia emocional.
Los dibujos de los niños pueden servir de medio para expresar sus sueños, preocupaciones y alegrías. Un niño que utiliza un determinado tono de forma constante o se aleja completamente de él puede estar expresando una realidad emocional más profunda. Por ejemplo, un exceso de azul podría indicar un deseo de paz y tranquilidad en su entorno, además de un gusto por el color azul. De forma similar, un momento de reclusión emocional o una necesidad de consuelo pueden estar indicados por una aversión a los colores brillantes. Es fundamental que los adultos se fijen en estos patrones sin imponer sus puntos de vista a los niños. Al hacerlo, pueden iniciar una conversación que valore el punto de vista del niño y le permita expresar sus emociones a su propio ritmo.
Hablar con los niños sobre sus obras de arte les brinda una oportunidad inestimable de explorar su mundo emocional. «¿Por qué has elegido este color?» y «¿Cómo te hace sentir este color?» son ejemplos de preguntas que pueden suscitar respuestas reflexivas del pequeño y proporcionarle un entorno seguro para expresar sus sentimientos. Este ejercicio no sólo da permiso al niño para expresar sus emociones, sino que también contribuye al desarrollo de un vocabulario emocional, una capacidad necesaria para la empatía y el control emocional.
Incorporar actividades basadas en el color con un enfoque de educación emocional también puede ser agradable y curativo. El desarrollo emocional y creativo de los niños puede potenciarse con actividades como los cuadros de colores, en los que relacionan los distintos colores con los sentimientos correspondientes, o la narración de historias a través del arte, en la que construyen historias a partir de los colores elegidos. A través de estas interacciones, los niños y sus cuidadores desarrollan un vínculo más fuerte al tiempo que fomentan la creatividad y la resiliencia emocional del niño.